sábado, 8 de marzo de 2014

Respuesta al comunicado en el que un sector autodenominado "intelectuales venezolanos" empuña contra Conceptualismos del Sur

Publico aquí, por necesarísimo, este texto de Juan Carlos Rodríguez que merece toda la difusión posible:
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A los llamados artistas e intelectuales venezolanos

RESPUESTA AL COMUNICADO EN EL QUE UN SECTOR AUTODENOMINADO “INTELECTUALES VENEZOLANOS” EMPUÑA CONTRA CONCEPTUALISMOS DEL SUR, MANIPULANDO LA SITUACIÓN VENEZOLANA.
Juan Carlos Rodríguez

Es particularmente revelador que la respuesta de los intelectuales venezolanos ante el comunicado de Conceptualismos del Sur haya sido publicado con el siguiente preámbulo de Gustavo Buntinx: “un perturbador comunicado en solidaridad con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, donde además se identifica con el fascismo al ‘movimiento por la democracia de ese país’”.
Coloco en cursivas la palabra “régimen” que contrapone Buntinx con la expresión “movimiento por la democracia”. ¿Les dice algo?

Son muchas las omisiones y manipulaciones a las que recurre dicho comunicado.
No dice por ejemplo, que lo que denominan “crisis venezolana” es excusa para implementar un plan intervencionista en el país; de allí que simultáneamente colocan la palabra SOS en todas las guarimbas-barricadas, acompañadas con frases en inglés, esperanzados en ver descender del cielo soldados de organismos extranjeros. Lo que explica también los insultos que hoy le propinaron a Insulza-OEA, cuando declaró que veía muy pocas posibilidades de intervención en Venezuela.

En esta misma línea, sería muy revelador que escucharan la grabación de Robert Alonso en su llamado desde Miami a la rebelión militar --está en las redes-- y que revisaran su relación directa con el contingente paramilitar desarticulado hace algunos años en su finca Daktari, muy cercana a Caracas. Y no sobra señalar las constantes alusiones al caso Ucrania; que por cierto no le está saliendo a EU como esperaba.

Continuando, no dice el comunicado que con el tema de la violencia criminal real, convertida en pretexto, los inocentes estudiantes, que no son estudiantes en su gran mayoría, proceden a degollar motorizados, asesinar a moto taxistas y a disparar desde las azoteas de algunos edificios contra funcionarios de los cuerpos de seguridad y contra otros ciudadanos. Y no dicen que de más de 330 municipios del país, no llegan a 20 aquellos donde realizan sus guarimbas-barricadas. Claro, en los medios internacionales presentan una imagen como si el territorio en plenitud está en llamas y controlado por dichas barricadas.

Luego, hablan de respeto a la constitución cuando muchos de los que hoy lideran las barricadas, sin dar la cara, la eliminaron de un plumazo y sin remordimiento en aquel episodio del carmonazo en el 2002.

El comunicado habla de exclusión, y abundan en el lenguaje de las guarimbas expresiones como “los negros esos” “negros cubanos”, lo que supongo que debe ser peor; del “maldito vientre de la madre de Chávez”, entre muchas otras. Y se quejan de eso que llaman “definición autoritaria e ideológica del “ser venezolano”, constituida a partir de conceptos vacíos e inmensamente peligrosos tales como “identidad nacional”, “patria”, “cultura nacional”, y no reparan en que en sus tarimas, las tarimas de la MUD, repiten esos mismos conceptos como ecos, solo que aderezados por puestas en escena tipo los premios “orquídea” de Venevisión. Pero sobre todo, no hacen referencia a que en esencia lo que se retoma del pensamiento de Bolívar es su carácter anti imperialista y su propuesta de integración continental.

Por otra parte, hablan de “dictadura posmoderna” pero en ningún momento señalan un peligro real y más que latente para toda sociedad hoy día, que es el de la dictadura de la especulación financiera, del neoliberalismo, del que no se salvaría nada de la sociedad occidental.

Hablan de las “mayorías venezolanas que manifiestan sin miedo”, pero para ellos “no existimos quienes por millones salimos a oponernos a su manipulación”. Claro que estas movilizaciones no se ventilan en la libre opinión y libre expresión ejercida por la prensa y noticieros internacionales. Y tampoco dicen que son 19 elecciones que han perdido consecutivamente. Ni pueden ver, aunque tengan una lupa en sus manos, los matices de opinión y crítica que muchos hacemos al gobierno, pero que no nos identificamos con las pretensiones de los señores a quienes busca apuntalar su comunicado.

Por otra parte, se amparan en el discurso contra la corrupción para reafirmar que “la situación venezolana no es el producto de un complot internacional o mediático”, y vemos diariamente como se han articulado minuciosamente los distintos hilos de esta operación. Las declaraciones del gobierno panameño, en perfecta sincronía con las declaraciones del Departamento de Estado; la asociación con Ucrania, el manejo coordinado de la prensa Europea y del norte de América, la presencia permanente de opinadores internacionales dando declaraciones hiper infladas sobre la realidad, las manipulaciones constantes en las redes sociales, entre muchos otros detalles.

Hablan de que el gobierno enmascara sus fallas detrás de una incesante “super-denominación” de la realidad, que falsea y distorsiona la experiencia desde una proliferación incontrolada de hipérboles sentimentales y slogans partidistas; y proponen en cambio unos políticos y campañas que lejos de contenidos concretos a la ciudadanía venezolana, se hallan consustanciados con la estética de la telenovela y de los show precarios de entretenimiento televisivo. Podríamos decir que incluso Capriles, su último candidato, fue una propuesta tipo “sábado sensacional” o “guerra de los sexos”; contrapuesto como valor supremo frente al “vacío del discurso de la patria”. Y si no me creen solo revisen un poco. Un discurso vacío que ya sabemos cómo se llenaría de concretarse el golpe de estado.

Hablan de la “escandalosa ostentación de poder y fuerza represiva del gobierno”, pero no reparan en lo más mínimo, que al gobierno que invocan con su Departamento de Estado acaba de meter presos a más de 350 jóvenes estudiantes que realizaban una marcha ecologista. Eso no es dato. O que apenas hace 3 semanas, o menos, en Francia sentenciaron a dos años de prisión a seis manifestantes anti neoliberales que estuvieron lejos de los destrozos y asesinatos de los guarimberos venezolanos. Ese juicio se ejecutó con una velocidad impresionante. Pero esos mismos países deberían venir a poner orden.

Hablan de la violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas y del Estado, de muertes, hostigamiento y detenciones; y rematan con una frase que no es otra cosa que un chantaje, dicen: “Desconocer este hecho es criminal, y deslegitima moralmente a quien quiera hablar en la escena pública”. Como dije, así se pretende chantajear a quienes no estamos de acuerdo con lo que esconde este comunicado, que por cierto no nombra ninguna de las muertes provocadas por las guarimbas-barricadas, que son ya muchas, algunas de ellas manipuladas por las redes sociales como ocurrió hoy 6 de marzo con el caso de los dos asesinados en el sector los Ruíces por parte de los guarimberos. Pero muy curiosamente aparecieron en las redes sociales como víctimas del Estado.

Y por cierto, esconden que ya se cuentan en docena los periodistas nacionales e internacionales agredidos por la guarimba. No sé qué prótesis les permite ignorar estos hechos.

De tal manera que la virulenta reacción ante lo manifestado por Conceptualismos del Sur, esconde todos estos hechos valiéndose de la autoridad que les confiere el “nosotros sí estamos aquí”. Pues yo también estoy aquí en suelo venezolano, y junto a varios millones que discrepamos totalmente de la posición de ese comunicado en contra de Conceptualismos del Sur, que por lo demás no es nada nuevo. Esa ha sido la línea argumentativa de una llamada intelectualidad venezolana al servicio de la clase que ha despreciado e ignorado sistemáticamente a las clases en desventaja económica y en su acceso a medios de producción. Su elevada mente sesuda les impide “descender” a la mirada del barrio, del pueblo rural, salvo que sea en acto solemne de beneficencia de aire religioso, y al hacerlo, se sienten posvanguardistas o verdaderamente amplios para “comprenderlos”, y hasta sienten orgullo de disfrutar sus “colores locales”. “Qué lindas las plumitas de los indios”. Y se da el caso de otros que, por el contrario, confiesan abiertamente su “ladilla” y asumen como “complejo o espeso fardo” el que se sientan exigidos en pensar los problemas sociales”. Esto ocurre aunque provengan incluso de la clase en desventaja, pero es que su vivencia en el campo del arte lo asumen como status, entonces ya sus sueños y objetivos están en una complacencia mayor: la de las burguesías transnacionales.

Y sí, mil críticas al gobierno son urgentes y necesarias, como es urgente y necesario que eduquemos y seamos educados como sociedad desde otro lugar del pensamiento, el cual estoy seguro que menos aún les gustará.