lunes, 5 de marzo de 2012

Primera cohorte del Diplomado en Crítica del Arte-UCV



Ricardo Piglia escribió que la crítica es un subgénero del relato policial, y que el crítico es como un detective que busca reconstruir las pistas de un crimen. El crimen es, desde luego, la obra de arte. Pero las pistas no hacen que el crítico llegue al artista, como pudiera pensarse, sino hasta sí mismo. En la reconstrucción del crimen, el crítico se da cuenta de que el criminal es él mismo, y de que la obra —en su lectura, en su reconstrucción— le pertenece; se da cuenta de que el muerto es suyo.

La crítica, como el crimen, es, sobre todo, una experiencia de creación. Desde esta premisa, que le debemos a nuestra formación en esta Facultad, quisimos aventurar un experimento que termina hoy, al menos en su primera fase. Gracias otra vez a los cursantes, criminales cómplices, que se aventuraron con nosotros.

Este Diplomado ha sido un experimento de articulación de saberes. La diversidad de visiones aportadas por los cursantes, provenientes de distintas áreas del conocimiento, nos permitió vivir un curso complejo, interdisciplinario, que nos interpeló y nos interpela como docentes, como Escuela y como Facultad. A la Escuela de Artes, en particular, esta experiencia de Diplomado le (y nos) dice muchas cosas: como la necesidad de superar los esquemas departamentales del conocimiento, por ejemplo, y trabajar por una estructura curricular cruzada, abierta, que prepare al estudiante en el pensamiento de la imagen. A la Facultad le confirma la posibilidad de salir y de extenderse más allá de las fronteras de la universidad, y así confirmar también su lugar, su vida y su vigencia en el escenario regional y nacional.

No quiero olvidar otro de los logros del Diplomado, acaso el más importante, y que confirma también el sentido de la universidad pública: a pesar de que éste fue un curso de extensión, que implicó una matrícula y unos costos, logramos que, de los diez y siete cursantes, cuatro fueran estudiantes universitarios (contando a dos tesistas de la Escuela de Artes). Esto, que en apariencia atenta contra la auto-sustentabilidad de los cursos de extensión, subraya el sentido y el deber de la universidad pública. Aplaudo los esfuerzos de la Coordinación de Extensión para asegurar la exoneración de estudiantes en nuestro Diplomado. Ojalá que esa sea una política en la que trabajemos cada vez más. Así los diplomados, lejos de atentar contra la universidad pública, podrán confirmar la función social de la universidad.

Por último, quisiera agradecer a algunas personas que hicieron posible esta experiencia, y que nos enseñaron mucho en el camino. A Jordana Rosales, al profesor Hugo Quintana, a Juan Francisco Sans y, sobre todo, a Petraelena Sánchez, que estuvo con nosotros en calidad de pasante, preparadora, documentalista, apagafuego y, desde luego, excelente estudiante.

Todavía nos falta mucho por mejorar, todavía somos criminales amateur, pero tenemos la terca convicción de que, en próximas ediciones, sabremos perder y encontrar mejor las pistas del crimen más pasional de todos: el de la crítica del arte.

http://ranaparidora.blogspot.com/

3 comentarios:

  1. Estas palabras me gustaron tanto. Qué bueno que las puedo leer y releer. Gracias por compartirlas y por todas las complicidades; el amor al conocimiento y la disposición, la escucha, la terca convicción de seguir buscándo-nos.

    Salud!

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  2. ¡Mi Sancho metafísico!Recuerdo el día que José Luis dijo que para Proust la crítica era un ejercicio autobiográfico; ese día hubo una revolución que todavía me acompaña.

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  3. veo que son bastantes... !!!MOSCA!!!

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