martes, 5 de octubre de 2010

Ilusión de Jean Herrera

Jean Herrera, Sin título de la serie Anotaciones de un joven caminante, plata sobre gelatina, Caracas, 2006

En la cultura visual pública no hay lugar para la polisemia: el sentido de las imágenes se acaba en el significado. Entre nosotros todo está dicho, todo es legible, y sin embargo no hay lugar para la interpretación. Vivimos entre una acumulación de signos cada vez más cerrados y también más pulcros. La publicidad comercial y la propaganda institucional urbana se esmeran por mejorar la alta definición de sus imágenes. Hasta los grafiteros usan aerosoles que nos recuerdan la pulcritud de una pantalla de televisión. Todo se nos aparece envuelto en la capa transparente de la digitalidad, que es el soporte de la imagen reducida a la comunicación y al mensaje.

La naturaleza del mensaje es la reproducción. Sus efigies son las antenas repetidoras. Y frente al mensaje no tenemos nada que decir, no hay espacio para la opinión verdadera; sólo podemos reaccionar, como cuando estamos ante el tarjetón electoral. La repetición del mensaje garantiza nuestra reacción. El signo se acumula sobre el signo, el código sobre el código, y así las imágenes se limitan a ser estímulo, y la lectura, respuesta.

En cambio, una fotografía de Jean Herrera nos lleva al terreno de la falta. Su ojo borra, oculta, le quita realidad a la realidad. Hace que el significado se expanda y se diluya en la polisemia. Sus imágenes tienen zonas que no podemos ver, o que en todo caso vemos con dificultad, como si bordeáramos una elipsis. Algo siempre se nos escapa.

La fotografía de Jean no nos estimula, nos seduce y nos invita a jugar. Él hace que la imagen cierre y abra sus sentidos, ofreciéndonos un orden provisional. Incluso cuando estamos ante una fotografía suya sin vacíos, sin descansos visuales, el ojo encuentra la posibilidad de un nuevo orden. Ese orden nos sitúa en la aurora de la lectura y de los significados, en un espacio en el que siempre tenemos que aprender a ser lectores. Tal exigencia del sentido deja las obras de Jean sin mensajes. Su asunto no es la comunicación sino el asombro sencillo. Con su fotografía ganamos el horizonte de una ilusión.

3 comentarios:

  1. Leí esto y me parece que se complementa con el pasaje de Baudrillard que dice lo siguiente: "Hay que arrancar lo mismo de lo mismo; es necesario que cada imagen le quite a la realidad del mundo, le arranque a la realidad del mundo, y es necesario que en cada imagen algo desaparezca, pero también es necesario que esta desaparición siga viva: ahí está justamente el secreto del arte y de la seducción."

    Entonces...¡todavía hay esperanzas!

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  2. Maria Gabriella N.6 de octubre de 2010, 6:47

    Jose Luis: Gracias por esta invitación a detenernos, a dejarnos sorprender, a darle forma a nuestros pensamientos. Además, en esta ocasión, a través de una imagen "tan familiar".

    Saludos

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  3. José Luis: Primero que nada agradecido por el texto sobre esta fotografía. Esta imagen tiene un gran significado para mi y sobre todo en el desarrollo de la investigación que llevo acerca de la fotografía como escritura y como anotaciones de mi realidad.

    Jean Herrera.

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